22 diciembre 2011

Distrito 9

No sé porqué narices Dani eligió esta peli de 2009. ¿Una de extraterrestres? La vi porque pensé que me quedaría dormida en el minuto 3.
Empieza la historia. Una nave instalada en el cielo de Johanesburgo (después de NY, no hay más ciudades en el mundo) y debajo un ghetto de extraterrestres salvajes con cuerpo de insecto. Una comisión tiene que entrar en él y hacer que, uno a uno, todos los bichos firmen una orden de desahucio. ¿? 
Una maraña de géneros se entremezclan sin concierto: falso documental, reportaje periodístico, comedia romántica, thriller... para conducir la historia del protagonista, un antihéroe con todas las letras, un pusilánime de constitución frágil con la habilidad de elegir siempre la opción incorrecta y al que me dieron ganas de matar varias veces. Eso me mantuvo despierta, al principio.

Después, ya sabiendo que estaba ante una película pretendidamente estúpida, la trama:  Una mutación histórica, la inmoralidad humana y la brutalidad tribal en su intento de explotarla; la inteligencia de un bicho y su hijo pequeño, no menos inteligente, con su plan para escapar de la animalidad de sus semejantes y, por otro lado, el suegro del protagonista engañando a su hija, estúpida perdida también, que no hace sino complicar más al pobre patán (que ya bastante tenía con lo suyo). Oye, curioso. 
Ah! y claro, que esto es ciencia ficción... ejem. Los efectos especiales impecables. ¡La mutación se ve a tiempo real! Laleche.
La recomiendo. Me sorprendió mucho.

16 diciembre 2011

Balambabulubabalambambú


Por fin os puedo enseñar estas fotitos que echamos en una tarde de primavera. Que sudor y lágrimas me ha costado sacarlas adelante. Espero que os gusten.
La serie entera aquí.

14 diciembre 2011

#McTo 17

En algún lugar del mundo, un preso de conciencia celebraba el día de los Derechos Humanos.

Foto: East Side Gallery (Berlín)


08 diciembre 2011

#cuentuito 16

Si hubiera sabido que ese beso se iba a congelar, seguramente, habría elegido a alguien más guapo.

Pintura: Dimitri Vrubel
East side gallery

06 diciembre 2011

Anisakis

Claro que hay un momento que haya recordado durante años. Fue una cena en casa. Yo era pequeño.

Aquella noche, Carlos contó que ese día, al salir a la pizarra, le habían dado un tremendo tizazo en la frente. Estaba bastante molesto, decía que todos los niños se habían reído de él y que el profesor no había castigado al culpable. Se levantó el flequillo dándose importancia, como para probar lo que decía, y pude ver el huevito que le había salido. Le tuvo que doler, estoy seguro, pero yo, lejos de compadecerle, me reí a dos manos. Esas cosas ridículas solían pasarme a mí y solía ser él quien se reía de mi. Así que no desaproveché la oportunidad de cambiar de rol, por una vez. Cualquier otro día los cuatro nos habríamos reído de aquello. Pero esa noche mamá no se reía, no sonreía, ni siquiera nos miraba. Seguramente no había escuchado nada de lo que estábamos hablando. Se dedicaba a rellenar nuestros platos con tajadas de pescado y ensalada, como un robot, sin mirarnos, sin preguntarnos si queríamos más o no. Y el suyo, vacío.  Mamá esa noche estaba ausente.Papá no había llegado aún. Después de analizar la situación, Carlos me dirigió una de esas miradas de 'come y calla, enano', así que dejé de reír.  

La tele estaba encendida, pero no le prestábamos atención. Sólo rellenaba el silencio. Yo me preguntaba qué estaba pasando allí. Mire a Carlos con las cejas arqueadas, pero él sólo me devolvió un encogimiento de hombros. ¿Dónde estaba papá? , ¿por qué mamá no hacía más que mirar el teléfono? No entendía nada. 

Las llaves sonaron al otro lado de la puerta principal. Papá entró en la cocina. Olía a frío, lo recuerdo perfectamente. Nos miró a los tres, pero no dijo nada: ni saludó, ni nos dio un beso. Nada. Miró el pescado con desprecio y partió unas lonchas del jamón de la cesta de navidad. Cuando llenó el plato, lo posó en la mesa. Y, no le dio tiempo a sentarse a la mesa, cuando mamá ya había dado un manotazo al plato y el jamón volaba por los aires. Los ojos de papá se agrandaron como nunca había visto. Nos mando salir y cerró la puerta.

Bien juntos mi hermano y yo, en el pasillo, oíamos la conversación en clave de ira de mis padres. Mamá le gritaba que estaba harta, que qué horas eran esas de llegar a casa. Le preguntaba para qué tenía el móvil. Papá le boceaba que no llegaba antes con tal de no discutir y que el mero hecho de escuchar su voz le irritaba, que por eso no llamaba. Y que estaba harto. Algo parecido a eso es lo único que pudimos escuchar, el volumen de la tele estaba altísimo. Después, no escuchamos nada. Era la primera vez que nuestros padres discutían. No sabíamos qué estaba pasando ahí dentro, ni lo que se suponía que teníamos que hacer. Nos abrazamos fuerte. Papá salió de la cocina. Mamá, de pie, apoyada en el frigorífico, lloraba con la cabeza gacha. 

- Tranquilos chicos - dijo papá mientras nos conducía a nuestra habitación- Todo irá bien, tranquilos. Ahora dormid, yo tengo que hablar con mamá.

Nos besó en la frente y cerró la puerta, encaminándose a la cocina, de nuevo.

Mi hermano y yo nos acostamos en la misma cama. Estábamos tiritando, llorábamos mejilla con mejilla, sudábamos, nos abrazábamos y respirábamos a cuentagotas, para escuchar lo que decían. Pero, ahora que la conversación se había relajado, no oíamos nada más que la maldita televisión. Nuestra respiración fue ralentizándose a medida que pasaba el tiempo y, cuando mi hermano se durmió, supe que todo iría bien, que podía dormir tranquilo. A la mañana siguiente, papá ya se había ido.

A las pocas semanas, mis padres se separaron. Y yo pasé muchos años pensando que ojalá mamá no hubiera preparado pescado esa noche. Sólo tenía ocho años.

03 diciembre 2011

#relatsnegres

También participé en este sorteo. He aquí mis boletos:


- La congresista amaneció desnucada en la bañera. Demasiado fortuito, pensaron los servicios de inteligencia. 




- No sabe nada y encima es más feo que un plantón. Fumaré otro cigarrillo. Cuanto más humo, mejor. - rumiaba la espía de labios rojos.



- Un liguero de encaje y un carrete sin revelar. Las pistas eran tan sugerentes que el detective olvidó que investigaba un crimen.




- Forense: El contenido de su estómago esclareció la causa de la muerte. Sesos y mermelada. Tuvo que morir de asco. 




Los ganadores aquí: http://vimeo.com/32775205