Los días han pasado entre humedad y calor. Mucho calor. Calor de risas, calor de amigos, calor de playa. Al volver a casa me hago un burruño en la parte de atrás del coche y miro la isla al caer el sol. Parece que llevo aquí una vida, será porque estoy a gusto. Ahora, con el pelo mojado y olor a aftersun, espero a la fresca que los chicos salgan de la ducha. Daremos una vuelta por Palma, a ver qué se cuece. Ya están aquí. Adiós.
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