Una buena tarde
una riada de personas,
entre ellas
muchas mujeres,
dan unas cuantas zancadas,
se pegan
otras pocas carcajadas,
y se plantan
en la plaza
a decir la verdad.
Abren
la cremallera
de la mochila
y sacan
una tela
una manta
un queseyó.
Una se arrampica
a la piedra
y le enfunda
la tela
la manta
el queseyó
a la estatua.
Las personas
de la plaza,
entre ellas
muchas mujeres,
gritan que
No es un oso,
que es una Osa.
Era el día
de la Mujer
y en época de mentiras
tocaba decir la verdad.
Que el oso y el madroño
Son la osa y el Madroño
Que la osa, es la Osa Mayor.
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