30 marzo 2014
Una foto (y paja de relleno) #22m
Creo que en otro momento no habría sacado esta foto. Simplemente alguien señaló ese montoncito de piedras y dijo eso. Y seguimos caminando para recibir a la marcha oeste.
Nadie sabía muy bien por dónde iban a entrar. Así que plantamos la pancarta de Interbarrios en cuatro sitios al menos, antes de optar por cortar la carretera. Ya nos íbamos a lanzar al tráfico, arriesgando el pellejo, cuando un local nos dijo que esperáramos, que nos atravesaba el cochecito. Mucho mejor, dondevaparar. No tenía yo el día de morir.
Después vino el movimiento estudiantil, cañero, sin parar de cantar y cantar. Y después, la marcha. Las sonrisas, los cánticos de bienvenida, el paseíllo, los aplausos, la lucha es el único camino, de norte a sur, los saludos, de este a oeste, los abrazos, un paso, la camiseta de la pah, luego otro paso, la de las marchas, las pancartas, las banderas, las lágrimas y les seguimos de camino a Plaza España.
- Sería bonito aprovechar que somos tantas y entrar en El Corte Inglés a hacer una visita, me dice un compa. Podríamos saquearlo si quisiéramos o, simplemente, podríamos entrar a armar jaleo, cantar, jugar al escondite entre los perfumes de Dior y las bragas de encaje. Durante unos cuantos metros soñamos rebeldías posibles que, sabemos, no ocurrirán. Seguiremos el plan establecido. Nos comeremos los bocatas que se han preparado en el patio por la mañana las buenas gentes del centro de Madrid. Se nos atragantará un poco el jamón al ver que Izquierda Unida se apunta el tanto. Como digo, todo según lo esperado.
Marcho para Atocha y me reúno con la Marea Azul. Fue bonito ver a las buenas gentes de Aragón sosteniendo metros y metros de tela azul. Fue bonito ser los ríos que nos quieren privatizar. Pero hay tanta gente que nos la pasamos paradas un buen rato. Y a la sombra. Cuando una compa me advierte de que tengo los labios morados, decido que es el momento de volver a casa. Además, tengo que mandar la foto para el periódico de Aragón.
En casa tengo visita. Rebeca y Joan han venido desde Alicante a las marchas. Están impresionados con la cantidad de gente que había. 'Y todo el mundo pacífico ¿eh?' Les advierto de que la marcha final aún está por venir. '¿A sí?' Si. Y a los pocos minutos empieza el baile.
Todo ocurre según lo previsto. Menos una cosa: esta vez corremos en dirección a la policía. Y en mi cabeza está esa foto. ¿Por qué en ese momento tomé esa foto? Creo que la mandaré y esa será mi crónica resumen de la jornada, me digo el mismo día.
Una semana más tarde, ahora, los medios siguen erre que erre con las piedras. Así que, me digo, si mando sólo la foto, parecerá que actúo como ellos. Una semana mas tarde, me lanzo a escribir lo que se espera de una persona del movimiento y, en cambio, para mi lo importante, lo urgente es que dejemos de interpretar la interpretación que han hecho los medios. Que pensemos qué pensamos nosotras de ese chico exhibiendo el casco de la policía.
Y así, quizás, al escucharos, al leeros, yo descubra por qué tiré esa foto.
16 marzo 2014
3 años de transformación en 10 fotos
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4 de Marzo de 2012. Cuando bajé a la primera Asamblea de Lavapiés, lo hice con la intención de currar. Sabía que nos iban a crujir, que iban a ir a por lo común, a por lo nuestro. Y yo necesitaba enfocarme en un tema, para ser eficaz. En la segunda o tercera asamblea Victoria comentó el tema de la privatización del agua y a mi el estómago me dio un vuelco. Fui a una asamblea que organizaba la plataforma y vi que aquello se trataba de un robo manifiesto a nuestro patrimonio (y no solo). En Septiembre nos pusimos a currar y el 4 de Marzo hicimos una Consulta Popular.
Mis compañeras, que tenían más visión del asunto, pensaron que hacer una réplica del referéndum vinculante italiano podría ser buena idea. Y en efecto lo fue. Más de 180.000 personas en Madrid participaron. Y en tuiter fuimos trending topic dos días seguidos y la Consulta salió en las portadas. Rompimos el silencio. Yo gestionaba el tuiter, pero era mi primera vez. Así que no tenía ni idea de cómo se hacía un trending topic. Cuando, con la ayuda de Madrilonia lo conseguimos, lloré. De hecho, estuve toda la víspera de la acción pegada a la pantalla del ordenador como una rata viendo lo que la gente escribía sobre #elaguadeMadrid. Y creo que leí todos los mensajes que se volcaron.
Ya el día de la acción, mis vecinas y vecinos, entre ellos, Enrique Flores, que hizo este dibujo, vinieron a acompañarme y a ayudarme. Ellas insistían en relevarme, pero estar ahí con la gente hablando, explicando, recogiendo votos y agradecimientos, fue mi recompensa a tanto trabajo. Como la alegría no me cabía en el pecho, tuve que escribirlo, compartirlo, deshacerme de alguna manera de ello. Y seguir.
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29 de Marzo de 2012. A nuestro paso entre Fuencarral y Hortaleza, esta mujer nos recibía desde su casa, apretando los puños, puestas las zapatillas de casa y el abrigo. Los ojos meados de emoción. Con movimientos torpes se movía a un lado y al otro del balcón, como queriendo dirigirse a todas y cada una de las personas que estábamos abajo. Calculé que aquella mujer habría luchado mucho por conseguir algunas de las cosas que hoy (todavía) nos están robando. Calculé que no podía bajar a la calle y que por eso nos dedicaba esos gestos tan efusivos.
No conocía su historia, pero me emocionó mucho verla. Y el calor de la gente llamándola 'presidenta'. Sentí que esa mujer estaba dándole más sentido a mi presencia allí. Ese día en el que practiqué mi primera huelga, una huelga que se llamó 'social' y se difundió como #tomalahuelga para hacer ver que esa huelga era distinta. También, recuerdo, aquel día conocí a Mario y sostuvimos una pancarta rosa que decía 'la huelga de las personas', antes de irme a mi primera bicicrítica.
Yo no sabía (ni se) cómo eran las huelgas antes. Yo no sabía lo que era un piquete informativo, ni un piquete nocturno. Tampoco sabía que se podía colapsar una ciudad como Madrid. Pero lo aprendí practicándolo. Para Marzo ya me había dado tiempo a saber lo que eran las hostias y la luz azul, pero también fue la primera vez que las sufrí.
En la Asamblea Popular de Lavapiés decidimos reinventar las prácticas de los piquetes para las siguientes huelgas, para sentirnos todas más cómodas. Y lo hicimos, de hecho, pero las hostias han seguido cayendo igual o peor.
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24 de Marzo de 2013. El Ayuntamiento de Madrid decidió un buen día anunciar que en la Puerta del Sol se iba a instalar una macroterraza de 300 metros cuadrados. Así que para expresar nuestro rechazo a la privatización de los espacios públicos, se organizó un acción lúdica: un campeonato de InterSobres.
Cada Asamblea de barrio hizo un equipo y eligió un vestuario. Cada equipo se colocaba a un lado de la plaza y, en medio, Bárcenas alzaba el sobre que había que ir a buscar y devolverlo a tu fila para ganar. Era un juego del pañuelo adaptado al contexto político. Los equipos intentaban sobornar a Bárcenas. Billetes falsos y 'Vales por' un chalet en Marbella o un apartamento en Benidorm iban llenando los bolsillos de un pobre ciego que iba caminando por allí y que era juez.
El equipo de 'niñas corruptas' de la Asamblea de Austrias entendió a la perfección que allí ganaba quien más trampas hiciera. Pero creo que nos pasamos, porque a día de hoy tres asambleas reclaman haber vencido. Ese día nos reímos por encima de nuestras posibilidades practicando nuevas formas de acción no violentas. Además, la acción salió en el telediario de alguna cadena de televisión, así que alguien más que nosotras se entero de las intenciones del Ayuntamiento.
He elegido esta acción porque, igual que en el Mundialito Antirracista, disfruté mucho conociendo y divirtiéndome con personas de otros colectivos. Porque divertirse es fundamental, también en la política. (O a esa conclusión he llegado)
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05 marzo 2014
Catedral
Puede que sea abrigarse por dentro. Puede que sea caminar hacia atrás o hacia delante. Eso nadie lo sabe. Ni yo, ni esos cangrejos que caminaban de lado en esa playa. Podría ser volver a empezar, volver a nacer, esos tópicos. Podría ser huir de los tópicos. Otro tópico. O abstraerse hacia fuera. Huir del ego. Sí. Empaparse de caras, de gestos de palabras ajenas. Pero, ¿a quién, qué caras, qué palabras? Puede ser que por ahí haya algo… mirar hacia dentro y hacia fuera y hacer que las piezas encajen. Puede ser.
Puede ser que tenga que ver con encontrar poemas que no hablen de amor. Con escuchar canciones que nadie, entre tú y yo, haya escuchado antes. Y disfrutarlas como disfrutamos esas noticias de mierda riéndonos a mandíbula batiente. Puede que tenga que ver con batirlo. Agitarlo y ver qué sale. Agitar la mierda. Puede que vaya por ahí.
O puede que no vaya. Puede que todo lo que intentamos no sirva para nada. Puede que no vayan. Y qué. Cuál es la fórmula para que las cosas vayan. Ni siquiera esos cangrejos lo sabían cuando se metían en esos agujeritos. Y, en cambio, se metían.
Nuestro caso es distinto, lo sé. Puede que si saliéramos en pelotas a la calle lo consiguiéramos. Caminaríamos tan tranquilas por las aceras descalzas y volveríamos a casa con los culos rosados. Puede que vaya por ahí. Puede ser. Si nos abrigamos bien por dentro, al menos, no nos constiparíamos. ¿Lo hacemos? La gente nos miraría y la policía nos señalaría, puede que incluso hasta nos multen o algo peor, pero puede ser divertido. Puede que sea la única manera. Vernos desnudas.
No tiene porqué ser mañana.
Puede ser que tenga que ver con encontrar poemas que no hablen de amor. Con escuchar canciones que nadie, entre tú y yo, haya escuchado antes. Y disfrutarlas como disfrutamos esas noticias de mierda riéndonos a mandíbula batiente. Puede que tenga que ver con batirlo. Agitarlo y ver qué sale. Agitar la mierda. Puede que vaya por ahí.
O puede que no vaya. Puede que todo lo que intentamos no sirva para nada. Puede que no vayan. Y qué. Cuál es la fórmula para que las cosas vayan. Ni siquiera esos cangrejos lo sabían cuando se metían en esos agujeritos. Y, en cambio, se metían.
Nuestro caso es distinto, lo sé. Puede que si saliéramos en pelotas a la calle lo consiguiéramos. Caminaríamos tan tranquilas por las aceras descalzas y volveríamos a casa con los culos rosados. Puede que vaya por ahí. Puede ser. Si nos abrigamos bien por dentro, al menos, no nos constiparíamos. ¿Lo hacemos? La gente nos miraría y la policía nos señalaría, puede que incluso hasta nos multen o algo peor, pero puede ser divertido. Puede que sea la única manera. Vernos desnudas.
No tiene porqué ser mañana.
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