Qué suerte
poder tumbarse
bajo el manzano
a meditar.
Qué suerte
que el día
de mi despedida
esté claro.
Poder llevarme las manos
al pecho y dar gracias
Gracias
por dejarme sentir.
Siento feo
y no intento transmutarlo
en bonito
feo es feo.
Tan feo
como mentirse
en una tarde de agosto
Y ensalada.
Tan feo
cómo utilizar
la palabra feminismo
como un latigo
Y cerrar la puerta
en las narices
acto seguido
Feo es feo.
Feo son las aguas turbias
después de un huracán
la vulnerabilidad
las carnes abiertas
Los escombros.
Feo es feo
y qué suerte
que hoy
no quiera transmutarlo.
Solo dejarme sentir
el barro
y ponerle luz
para que un día
un día
salga una flor de loto.
O que abajo
se quede el barro
Y arriba
la vida sin dobleces
el agua clara
(y algún bicho)
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