caen sobre el cielo azul
a partes iguales.
Debajo de lo oscuro
queda el brillo
casi fosforito al contraste
de lo que fue
el día
ya noche
de hoy.
Apenas unos cuantos pasos
200 o así
me separan de la magia.
El lugar en el que las farolas se apagan
y donde se encienden el cielo, las estrellas, las nubes, los pájaros,
lo que haya
(lo interesante siempre es cambiante)
El lugar en el que se dibujan
sombras coloreadas
en naranjas, morados, azules...
Casi siempre a la derecha del paisaje,
detrás,
aún detrás de los chopos y los campos y las lomas.
Ahí.
La calle está ventosa
La calle está lluviosa
La calle está contenta.
Algo así dice la canción que hoy improviso para Miguel
y el baile entre él y yo,
siempre cambiante.
Se ríe cuando le soplo en la cara
después de ventosa
también cuando hago el chas chas
de la lluvia
y explota de alegría cuando levanto los brazos
hacia arriba contenta.
Ya quiere dormirse
por eso salimos
para no tener
yo
la ansiedad de que se duerma
para poder borrar
yo
la espectativa de que algo ha de suceder.
Y él
observar la calle, el viento, la lluvia y la alegría del mundo melancólico.
El camino está resguardado del viento,
pero hoy siento la llamada de ese claro,
en lo alto,
de esa rendija de día
queriendo escaparse de las sombras
del cielo y de la tierra.
Yo también quiero escaparme de este camino
que he recorrido ya tantas veces, tantas noches, tantas siestas.
Yo también quiero ser magia, novedad, misterio.
Así que subo la cuesta hasta la tierra
rojiza, ya apagada.
Mis botas adivinan el paso al tacto
sintiendo el hundirse de mi peso
en los surcos
arados
por esas máquinas gigantescas.
La vista es distinta desde aquí
la sensación también
de pronto fuerte, valiente, incierta.
Camino sin camino,
tierra a través,
errante,
siguiendo tus movimientos de cabeza
buscando
las luces
las farolas de la calle al lado
las luces rojas del fondo
los molinos
no sé.
Has tirado el gorro al suelo
a veces lo haces,
hoy es un día en Burgos en invierno
y el frío y el viento cortan
la piel
las manos.
Así solía ser.
(Ahora ya no tanto)
Y bailo jugando
a que las orejas
no se salgan
de la capucha.
Podría seguir ahí
moviéndome como una peonza
en la tierra morbida
siglos.
O ser abducida por una nave espacial
las luces, los destellos, ese pájaro que levanta el vuelo bajo mis pies...
es el escenario perfecto para que ocurra.
Estoy lista.
Álvaro tiene la cena lista.
Estamos listos.
Y lo pienso
Y no me sorprendería que sucediera.
Y de pronto siento miedo
Pienso que tengo miedo
pero observo mi cuerpo
y no
no tengo miedo
Estoy
llena de mi
llena de tierra
llena de cielo
llena de ti,
vida.
En un lugar así
Ra escuchó a la voz
7 días de download
y después
siempre esa voz
susurrándole el Diseño Humano.
El Richard Rudd también tuvo su download.
Y yo el mío.
La tarde del 19 de diciembre de 2021
después de 40 horas
el cuerpo se abrió
desde dentro
desgarro natural y 4 puntos de sutura
(y eso es lo de menos)
para que vinieras a esta tierra.
Y de estos downloads nadie habla.
De la conexión cielo tierra
de ese grito
nadie ha reportado nada.
¿Sabes?
No te quiero más que a Homai o que a Nalur
Ni una pizca más que a cualquiera de esos niños, bebés, toddlers
a los que he cuidado.
Contigo es distinto, está claro.
Te doy teta, duermo contigo.
Pero siento la misma cosa por ti que por ellos.
La misma misma.
No eres mi hijo.
Eres hijo de la vida.
Y yo solo el canal de descarga.
Eres especial y único,
como todos ellos
y por eso te amo y te admiro y me maravillo de verte.
Ojalá sintiera lo mismo por los demás humanos.
Ojalá los demás humanos no fueran réplicas baratas de otros humanos.
Ojalá esa nave nos llevara
para romper así la rutina de la semana.
La maternidad
a nadie le importa
tampoco nadie habla
de los cielos
paranormales
de Castilla.
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