- Ay que ver. Venimos mundanos y salimos divinos.
- Sí.
- O... ¿tú venías divino?
- No, yo no bebo.
- jajajajajjaajjajajajajjajajajajajajjaaajjjaajajjaja- casi rompo el techo.
- ¿De qué te ríes? - responde más serio que un siete.
Rompo el techo.
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