eso y el abrazo
desenfrenado
del huracán consigo mismo.
El olor de antes
los remolinos energéticos
aquí y allá
pelusas y ramitas rodando
en las esquinas de la ciudad.
Después,
el rayo
el trueno
la sacudida.
¿Qué será de nosotros?
Se oye una voz a lo lejos
Después,
el silencio
la frescura
el canto de los gorriones
de vuelta.
Una silla de plástico blanco
con las patas
hacia arriba
en el descampado.
Después,
un paisaje lavado
una mirada limpia
y aún con los hombros salpicados,
es más fácil
renacer
inventar algo nuevo
descubrir otro planeta
en la galaxia infinita
de tu cuerpo.
Y habitarlo.
1 comentario:
Habitemoslos pues
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