08 agosto 2012

Pero ya no me hace gracia

Después de mil frases inconexas y las ideas de otro tiempo acompañadas de imágenes deslavadas en un panfleto. Vainas condensadas y llovidas a esa mañana en la que tú y yo íbamos de puerta en puerta, perdiendo el tiempo en lo práctico y ganándolo en lo importante. Después de mil barbaridades hiladas con maestría. Hay que reconocerlo, supo aquel hombre arrancarnos una sonrisa. Después de todo eso, soltó otra frase, no con poca baba, de saliva, que a saber de dónde vendría y a saber a dónde iba, que a mí me retumbó en los oídos hasta hoy. Hasta hoy que en mi ordenador se ha colado un grillo, que no sé hasta donde abarca el infinito que veo desde esta ventana con la persiana bajada, ni cuántas marañas hay que desenredar para llegar al nudo. Con todo este mundo wiki-inter-conectado hasta la exasperación que no me sirve para saber cuántos pájaros son capaces de imitar a una serpiente para evitar ser devorados por un turón miope. Cuántos. Ni si eso existe o es ficción. Que venga algún wiki-gurú-diez-consejos-prácticos a responderme ahora, a esta habitación vacía y el camión de la basura llevándose la basura de fondo, a responderme de dónde nacen los caminos.  A ver. Silencio. Ya. Esa boca llena de saliva no vino a ese banco verde a hablarnos de Jesuscristo, ni de la salvación, ni del demonio reencarnado en ZP, pero sí a revelarnos que el mundo, definitivamente, es muy ancho. Amén. Y está lleno de peligros. Bla. Entonces nos reímos.

No hay comentarios: