04 agosto 2023

Acción directa

 Un día 
propongo
Podíamos hacer una acción
revolucionaria...

Desgarrarnos la mirada, 
salirnos de las costuras
y aventurarnos a algo...

Insólito

Un día 
digo, 
no sé, 
podemos coger y...

Bueno, no quiero herir sensibilidades, 
si no estás segura de
estar preparada para oír algo roto
puedes irte. 

Ahí fuera hay bien de rosa Barbie para ti. 
Y está bien. 

Cada cosa tiene su momento, ya ves. 
Yo antes odiaba el rosa
Y ahora, desde que Miguel comenzó a crecer en mi,
todo lo hermoso que llega a mi está bañado de rosa. 

Te decía...
quiero lanzar una propuesta nueva al común
una acción de calle
con un potencial transformador enorme
conectado con la esencia del ecofeminismo, el humanismo, el apoyo mutuo, 
el mindfulness, la vida y la madre que lo parió. 

Esto último y también Bastet, Tiamat, Gea, Cibeles y Tonanzin.
Es decir, estoy hablando de una acción tremendamente elevada, 
espiritualmente evolutiva y trascendente. 

Y como todo lo trascendente, es anónima.
O, lo que es lo mismo, 
nadie tiene porqué enterarse. 

Bien. 

Ahí voy. 
Si ahora decides quedarte
ya no habrá marcha atrás. 

La propuesta es la siguiente:

Mañana 
también vale otro día
eliges a una mujer, 
una mujer que esté en el parque con su hija
o una mujer que vaya empujando un carrito, 
o porteando. 

Y preguntarle. 

¿Qué tal con lo de ser madre?
Preguntarle cómo se siente.
Así en general. 
Y después...

Invitarle a puntuar del 0 al 10 
donde 0 es dolor corporal, emocional y/o psíquico y 10 sensación de divinidad cómo se siente. 

Preguntarle en cuántos momentos siente que necesitaría una mano más en casa y no la tiene. 
Siendo 0 en muchos momentos, o 10 en ningún momento. 

Preguntarle en cuántos momentos ha tenido que elegir entre cagar, comer o ducharse (cualquier necesidad física básica) o su niña. 
Siendo 0 muchísimos o 10 ninguno.

Y ver qué te dice. 
Las preguntas son solo flechas.
La propuesta verdadera es escuchar más allá del número.
Escuchar. 

Para resultados más flipantes, conmovedores, elegir una mujer que esté dando el pecho a su hiji. 

Y a esta preguntarle. 
¿Qué tal las noches?
No qué tal las noches así como riéndote, 
Sino qué tal las noches, en serio, mirando a los ojos, profundo, bonito, sincero. 
Qué tal por las noches. 

Siendo 0 de puto culo, no duermo ni un minuto a gusto y luego voy todo el día zombie porque ya se me acabó la baja de risa de 4 meses y 10 muy bien, tengo un don y me podría dormir hasta de pie. 

En este caso, con esta madre que da pecho, también recomiendo preguntar qué tal el brazo derecho. 
Si hay rotura de fibras, dolores agudos, nervios, sensación de brazo dormido (eso sería el 0) o si todo genial, voy a escalar todos los findes como si nada (eso es el 10) 

Y preguntarle qué le gustaría recibir para calmar todas las puntuaciones por debajo del 5. 
Y escuchar. 

Política de base
la de la escucha. 

Después ya puedes volver a hablar de tus cosas, del chico que te hace gostin en tinder, de los post del blog que no te generan leads, preguntar si la wachuma se puede mezclar con alcol, ya sabes, de las cosas importantes de la vida. 

Porque a la vida de verdad, 
la que se escribe con mayúsculas
(casi) nadie la escucha.


¡Buena acción!
Love. 




Síntomas

Los tengo todos. 

El dolor de cabeza.
Las uñas comidas.
Las tetas caídas. 

La sensación de resaca en la garganta, 
rota.
El cuerpo, 
flojo. 

Los tengo todos. 

Los números ganadores en el bolsillo. 
Las mejores personas conmigo.
Un ejército alado detrás. 

La sensación de hartura 
de lo normal.
Las ganas de partirlo
por el medio. 

Los tengo todos.

Los instintos básicos
los poderes despiertos
los remedios. 

Los refugios ancestrales 
la pichapapa, papapacha, machapapa
o como se diga. 

Los tengo todos.

El sarcástico, el negro, el verde, 
el chorra, 
este último por demás. 

La risa contagiosa
la que duele
la que sale sola. 

Los tengo todos
aquí dentro de las fibras
entre lo blando y lo oscuro.

Les doy todos los días vitaminas
B12
y Ninxia Red. 

Para que salgan en esta tarde de verano
rancia
O en un paraje de montaña 
en otoño. 
Me da igual. 

Que salgan estos síntomas
de Wallstreet y Parvati que hay en mi
a jugar al parque. 

Y a ver qué pasa.