24 febrero 2013

#TodasUnidas23f inyección de ¡seguimos!



Ayer fue una manifestación diferente para mí. Al contrario de lo que suelo hacer otras veces y salir con la Asamblea de mi barrio desde el Sur hasta llegar al meollo, decidí acompañar a La mamandurria y a la Solfónica en su actuación con la idea de documentarlo fotográficamente. Así que a las 4 me planté en Neptuno, vi nacer a la mani, y de ahí no me moví hasta las ocho, cuando empezaba a morir. Puede que un poco antes, incluso. Estar tantas horas en el cogollo, es muy cansado. Es un empujón constante.

También fue diferente porque, en lugar de estar todo el rato gritando, me lo pasé cantando. Primero con la Solfónica, leyendo por entre las cabezas las partituras y después, con la Mamandurria, que hicieron un tema precioso que después de haber escuchado tres o cuatro veces me sabía a cachos.

También, por estar ahí, me tocó subir a hablar de la lucha en contra de la privatización del Canal de Isabel II en vista de que la compañera que tenía que ir, no había llegado. Así que eso hice lo mejor que pude. Os aseguro que la vista que se tenía desde arriba de la camioneta era preciosa. La pena es haber tenido tantos problemas con las pilas de la cámara, cosa que me impidó fotografiar la vista y otras muchas cosas más.

Puede que por eso me fuera a casa con un sabor de boca raro, por la frustración de no haber podido sacar más fotos o por la ansiedad de no haber visto cuanta gente había allí, ni cómo fue llegando, ni nada, como suelo hacer.

Pero la verdad es que miro atrás y me asombro de cómo hemos crecido como movimiento. El 23f del año pasado, apenas si éramos 300 personas en Sol manifestándonos y ayer fuimos más de 80 ciudades. Esta es la primera manifestación que se comunica, la primera que se organiza con cordón de seguridad, hecho por los bomberos y la primera con un camión de megafonía. Todas ellas cosas que han permitido que la mani se desarrollara sin incidentes ni tensiones con la policía. Cosa, para mí, de agradecer.

Dadas las 8, momento en el que oficialmente terminaba la manifestación, empezaron las cargas policiales y las detenciones, cuando muchas personas decidían permanecer en la plaza...Y yo que sigo sin entenderlo. ¿Desobediencia civil? Bien, pero cuando tiene un objetivo concreto, digo yo. Por ejemplo, la insumisión fiscal, negarnos a pagar la deuda en la declaración de la renta. Eso lo veo, es una acción que permite expresar económicamente el hecho de que consideramos que la deuda no es legítima. Pero estar más rato del que se ha comunicado... ¿Cuál es el objetivo que se persigue en ese caso? ¿evidenciar la violencia policial? ya se ha hecho, ya sabemos que van como motos, ya sabemos que nos van a pegar, ya sabemos que no nos van a pedir que desalojemos la plaza. ¿Hace falta exponerse de esa manera? Creo que no. Pero como soy un bebé político, si alguien me lo explica se lo agradeceré.

A parte de estos finales que siempre me dejan la boca un poco torcida, me quedo con una buena sensación. La sensación de que podemos hacer grandes cosas, de que podemos pararles los pies, que podemos organizarnos muy bien entre distintos colectivos y de que, por encima de estos matices y dudas, estamos unidas. La manifestación de ayer me reafirma en mi confianza en nosotras, las personas, máxime cuando toda la acción de ayer partió de la iniciativa de una sola persona. Lo que no pueda hacer una persona, ¿que no podrán hacer el 99%?

Después, por la noche, vi el resultado de la pancarta que pensamos por la mañana en la Asamblea de barrio Lavapiés:
Todos los dibujos de Enrique Flores, aquí


Y os dejos dos vídeos también: uno de lo bueno, y otro de lo malo.


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