05 marzo 2014

Catedral

Puede que sea abrigarse por dentro. Puede que sea caminar hacia atrás o hacia delante. Eso nadie lo sabe. Ni yo, ni esos cangrejos que caminaban de lado en esa playa. Podría ser volver a empezar, volver a nacer, esos tópicos. Podría ser huir de los tópicos. Otro tópico. O abstraerse hacia fuera. Huir del ego. Sí. Empaparse de caras, de gestos de palabras ajenas. Pero, ¿a quién, qué caras, qué palabras? Puede ser que por ahí haya algo… mirar hacia dentro y hacia fuera y hacer que las piezas encajen. Puede ser.

Puede ser que tenga que ver con encontrar poemas que no hablen de amor. Con escuchar canciones que nadie, entre tú y yo, haya escuchado antes. Y disfrutarlas como disfrutamos esas noticias de mierda riéndonos a mandíbula batiente. Puede que tenga que ver con batirlo. Agitarlo y ver qué sale. Agitar la mierda. Puede que vaya por ahí.

O puede que no vaya. Puede que todo lo que intentamos no sirva para nada. Puede que no vayan. Y qué. Cuál es la fórmula para que las cosas vayan. Ni siquiera esos cangrejos lo sabían cuando se metían en esos agujeritos. Y, en cambio, se metían.

Nuestro caso es distinto, lo sé. Puede que si saliéramos en pelotas a la calle lo consiguiéramos. Caminaríamos tan tranquilas por las aceras descalzas y volveríamos a casa con los culos rosados. Puede que vaya por ahí. Puede ser. Si nos abrigamos bien por dentro, al menos, no nos constiparíamos. ¿Lo hacemos? La gente nos miraría y la policía nos señalaría, puede que incluso hasta nos multen o algo peor, pero puede ser divertido. Puede que sea la única manera. Vernos desnudas.

No tiene porqué ser mañana.




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