Hoy mi amiga Martita me ha hecho reír a
mandíbula batiente en nuestro paseo por La Cabrera. Martita activa nuevas zonas
de tu cerebro llamando a los pájaros facilillos. O imaginándolos formando una
coalición ciudadana para las anteriores elecciones del pueblo. Ganaron otros,
te dice. Pensaron que aquello era… demasiado. Siempre dice ese tipo de
chorradas cuando menos me lo espero, así que la risa se me escapa a borbotones
de la boca bastante a menudo.
Hoy he pensado en Alberto, en cómo estaría,
he llamado a Dani, quería invitarle a cenar. Me he alegrado de que la profa de
Margarita vaya a dar otro curso de masaje ayurvédico desde ya. ¡Bien! Quiero
hacerlo. Me he acordado de mi hermano, porque como anda fastidiao de la vida por
culpa del estómago, le he mandao un podcast de una mujer que he conocido hoy.
Se llama Suzanne Powell y ha ideado la Dieta Disociada, una dieta fácil que nos
hará la vida fácil.
También hoy Oscar nos ha mandado un mail. El
asunto decía ‘Crowdfounding emocional’.
¡Qué maravilla de asunto!- he pensado. Y he abierto el correo. Y aquí estoy escribiendo lo que nos ha
pedido.
Dice que nos vendría bien pararnos un poco y
así lo creo. Yo, de hecho, llevo unos
cuantos meses, quizás ya años, desacelerando. Nunca se cuánto tiempo ha pasado
desde la última vez. O entre esta cosa y esta otra. Y el otro día, cuando me
quise dar cuenta estaba ya cerca de los 30. Y, ahora que pienso, creo que
empecé a desacelerar cuando me fui de casito, porque ya no era casito feliz.
Eso fue la víspera de un primero de Abril, lo se porque empezaba en un nuevo
curro de mierda. Eso fue en 2013. Lo sé porque tuvimos que mirarlo el otro día
en la cuenta bancaria.
A unos meses de cumplir 30 últimamente mucha gente a mi alrededor tiene 26. Así que durante unos pocos días estuve
pensando qué carajo había hecho yo entre los 26 y los 29, porque no siento que
nada de lo que esté haciendo ahora esté conectado con eso. Al menos nada de lo
que me hace sonreír. Algo parecido le tuve que decir a Martita, porque ella me
habló del ‘retorno de Saturno’. Míralo – me dijo. Y lo he leído. El retorno de
Saturno ocurre entre los 28 y los 29 años y es como un nacimiento
astrológico. El post que he leído habla
de ‘cambios en el trabajo, la residencia, la familia, los proyectos o la vida
en general’ y de ‘cambios drásticos o
rupturas‘ de relaciones. Yo lo tengo todo. Desde que me fui de casito he tenido
5 trabajos distintos. He vivido en 6 casas distintas, he dejado de fumar
después de 16 años de fumar casi ininterrumpidamente, he renunciado a 30
centímetros de pelo que tardaron 6 años en crecer y he cambiado mi dieta.
Saturno habla de ‘afrontar con compromiso, disciplina y realismo las
circunstancias personales’ y así siento que ocurre también
después de años de vuelo sin motor.
Después de mucho divagar estoy decidida a atreverme a vivir
la vida que quiero vivir. Por eso empiezo a visitar pueblitos donde la gente
vive de forma autónoma (o lo pretende). Quisiera yo también un día despertarme
con el cántico de los pájaros o con el sonido de la lluvia en algún material
más noble del plástico que escucho ahora. Quisiera yo experimentar lo salvaje,
lo terrenal de una huerta, lo líquido de un río pasando a la vera de tu casa (o
similar), quisiera yo aventurarme a esa vida sin jefes, al menos unos cuantos
meses al año. Será que el hecho de comenzar a hacer la terapia que quizás hacía
años tenía que haber hecho, me está ayudando a desatascar nudos. No se porqué será que estoy decidida
a emprender un nuevo viaje profesional. Y por eso, desde muy recientemente me
formo y me intereso por el ayurveda, el yoga y todo lo que tenga que ver con la
toma de conciencia hacia dentro, con la salud, con el bienestar, con las formas
de estar bien sin necesitar a nada ni a nadie. Como se escribía en el libro 'Ru' que narraba la emigración de una mujer emigrada de Vietnam a los Estados Unidos, ningún calvo teme que le tiren de la coleta.
Y ahí voy yo. Decidida a vivir mejor con menos. Hace un tiempo hablábamos con Antonio y otros amigos, sobre el cambio que habían dado los tiempos. Y pensábamos que, mientras que antes con 30 te comprabas un coche, ahora, con suerte, tienes una bici. No lo perdimos todo por el camino. Más bien creo que con toda esta sacudida algunas salimos ganando. Oscar se pregunta por nuestras expectativas, proyectos planes… No se si alguna vez tuve alguna expectativa
concreta sobre la vida. Si la tuve creo que no he cumplido con ninguna. Y sin
embargo, me siento feliz. Nada hay más emocionante que volver a nacer a los 30,
como yo, o a los cuarenta, como se titula la novela de mi amigo Oscar.
Renacer. Os lo recomiendo a todas, tengáis la edad que tengáis.
1 comentario:
Do!. Estás guapísima con tu pelo nuevo. Vivan tus casi 30 y mis 43.
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