25 marzo 2011

Madrid Twestival y Fundación Adsis


Ayer fui al Madrid Twestival. No podía faltar. Era una ocasión para ver a muchos de mis compañeros de Adsis en un contexto diferente a la oficina, que siempre es mucho mejor. La gente sonríe más. Aún más. Y ya sólo por eso mereció la pena ir. Por verles a ellos y a mis niñas, que también andaban por ahí.

Aunque, por otro lado, tampoco hice mucho más. Llegué tarde a la barra libre de cervezas, hasta las once. Llegué tarde a las copas incluídas en la entrada, hasta las doce. Me dieron un pase vip para pedir una copa gratis, pero sólo daban cerveza. Tomé cerveza. Los dos perritos calientes incluídos con la entrada, me limité a olerlos. Ejem. Los conciertos, los oí todos, pero no escuche ninguno. Me quedé esperando un ratito más, para ver a Miss cafeína, pero ya habían tocado. ¡Vaya!. Sorteaban cinco HTC entre los asistentes. Y me dije: ya me enteraré de lo que es eso si me toca. Aunque tampoco le di muchas vueltas, con la mala suerte que yo tengo... Uno de ellos le tocó a una chica que estaba delante de mi. Casi. Los DJs pinchaban musicón, para volverse loca a bailar. Pero claro, yo estaba demasiado ocupada en 'no enterarme de nada'. Y además, no era plan de dar la nota con mis bailes rocambolescos en mitad de una pista de baile mega iluminada y casi desierta.

Un evento redondo, porque todo estaba dispuesto para pasarlo bien y porque toda la recaudación de las entradas se destina a una ONG. Este año, más redondo aún, porque la organización elegida esta vez fue Fundación Adsis, el compromiso con los jóvenes de color verde. Gente que cree que los jóvenes valemos para mucho más que para hacer botellón y que trabaja para que eso sea posible, intentando facilitar las cosas a través de la formación y el acompañamiento. Un trabajo que está menguando por los recortes en las subvenciones públicas y la dificultad de conseguir financiación privada. Ya sabemos de que hablamos: la crisis. Por eso, iniciativas como la del Tweestival tienen tanto sentido hoy, por un millón (o más) de razones.

12 años en prisión por un delito de tráfico de drogas.
Pincha en la imagen para conocer la historia de Maria.


Y habiéndo dicho esto, sólo me queda dejaros con una de las tantas historias con las que trabaja Fundación Adsis. Ya que ayer todo lo que nos concedieron fue un minuto para hablar, y con música de fondo, me permito este lujo.

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