03 mayo 2013

Una pausa

Un trozo
de acera grande
quiere ser plaza
a las sol y cuarto. 
Dos bancos escuálidos
se miran de frente
esforzándose
por lograrlo. 
Pero la acera
no es plaza. 
Una mujer
de pelo negro
aparca
a otra mujer
de pelo cano
al lado del banco
y se sienta. 
Desde frente
las saludo:
Hola. 
Al vientecillo y veinte
observo
que la una
le pregunta
a la otra
si tiene frío 
observo 
Le coloca la chaqueta
mesa su pelo
besa su mejilla. 
La mujer
de pelo cano
apenas
encoge la cabeza
un poco. 
La mujer
de pelo negro
mira a la mujer
de pelo cano
y sonríe. 
La quiere
la besa
la cuida. 
Amor familiar
pienso. 
La pausa
termina. 
Me levanto
digo: Adiós 
Adiós,
me responde
la mujer
de pelo negro
mientras el pelo cano
baila tranquilo
al aire. 
El acento
de pelo negro
me dice
que su amor
no es de sangre
sino de energía. 
Para entonces
son las nubes y media
y ahora que la plaza ya es plaza
tengo que volver.

2 comentarios:

Vicente dijo...

La primera vez que lo he leido me ha parecido sugerente. La segunda vez me ha resultado emotivo, me ha llegado.

Anónimo dijo...

grand diosa