Suspendido como una cometa en el cielo azul.
Poniendo las ráfagas de viento en pause,
permanece en ese suspense alado,
tenso,
bamboleante.
El halcón,
como quien se sienta a tocar la
guitarra frente a un público sin saber qué tocar,
está tranquilo.
Espera.
Aguarda con las notas suspendidas en el aire hasta que salta la presa.
Y salta.
Siempre salta.
Esto es lo que AlvaroBarriuso hizo el otro día con tres de las escrituras verticales que aquí se han publicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario