14 diciembre 2018

Cuarto día

Me levanto
con
ánimo bajo.

Al cóctel
de ansiedad
y estado de nervios
nerviosos
le faltaba
un ingrediente:
un conflicto personal
que,
como suele pasar,
llegó.

Al coro de voces
ahora se suma
la de la culpa.
¿por qué no te callas?
¿no ves que estás más guapa?

Me pongo el traje
de 'no entiendo nada'
y me subo
en el coche
con intención
de aprovechar
el día de lluvia
para hacer recados.

Enciendo la radio
bendita ecoradio
y su seleccion musical
que me cambia
la onda
rapidito. 

El nubarrón gordo
desaparece
sin embargo
la ansiedad
el nervio
la sensación
de extrañamiento
están ahí.

Dentro
de mi cuerpo
físico
hay millones
de sensaciones
pensamientos
consciencia
y desatino
en cada
movimiento.

Conducir
no es cualquier
cosa
hace falta
tener una salud
mediana
para coger
un coche,
mover el volante,
pisar los pedales,
accionar la palanca,
pienso.

De pronto
todo
me parece
un milagro.

Mi cuerpo
manifesta
millones
de sensaciones
distintas
me cuesta hablar
por ejemplo.
Me siento torpe
inapropiada
como no sabiendo
como manejar
mis piernas
es raro.

Asisto a todo ello
como observadora
desde dentro
y desde fuera
a un tiempo.

Trasciendo
la ansiedad
desde ella
y para ella.

Me divierto
en la distancia
de la tranquilidad
observante.

Alquilo cuatro pelis
por si acaso
empeora.

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